viernes, 19 de septiembre de 2014

18 SEPTIEMBRE DE 1992

Efectivamente, acababan de pasar las olimpiadas de Barcelona 92, a Bicis (y digo Bicis y no Jesús porque para mí no es un mote, es "mi Bicis"), y a mí se nos había ocurrido casarnos este maravilloso día.
Estábamos agotados y no por participar en las pruebas de atletismo o similar si no más bien por estar todo el verano reformando nuestro queridito pisito de la C/ Delicias. Ese que compramos a pesar del olor a sardinas con el que nos recibió la primera vez y del que nos enamoramos a primera vista, o mejor de su salón-chimenea más propio del valle de Benasque que de Delicias,5.
Hoy hace 22 años que decidimos compartir con un montón de gente (y digo montón) en una boda casi gitana, por la duración de la misma, que nos queríamos, que íbamos a vivir juntos todo lo que en el camino nos fuera sorprendiendo (¡y vaya capacidad de sorpresa que está teniendo el puñetero!!), que queríamos divertirnos y aburrirnos juntos, que nos cuidaríamos tanto los días buenos como los malos, que necesitábamos que los buenos amigos y la familia estuvieran junto a nosotros..
Pero realmente hace 25 años que nos conocimos, que jugamos como chiquillos y con ellos en Sancho Abarca, que miramos las estrellas juntos cuando todavía no nos atrevíamos a mirarnos nosotros,  que nos hacíamos infusiones como excusa de algún beso robado (¡hemos vuelto a las infusiones como en aquellos tiempos, viva el té verde!!!). ¡Qué pintas tiene este chico!!, me dijo mi madre cuando lo conoció. ¡¡Jo, mamica!!, ¿quién te iba a decir a ti lo que has querido y quieres a tu yerno?.
Apostamos juntos por las diferencias entre ambos, apostamos por compartir paraguas de estrellas, apostamos por continuar juntos un camino que sin darnos cuenta habíamos comenzado, todavía no me explico cómo...Porque ¡éramos tan distintos!: la medida-la desmedida, la recta-la curva, la flexibilidad-la rigidez, la organización-la improvisación, lo blanco-lo gris, la locura-la cordura...
Y por el camino nos hemos echado a la mochila dos mujercitas que han completado nuestros sueños y nuestras realidades. Como muy bien dices: "Las hijas sacan lo peor y lo mejor de nosotros mismos". Es así, pero lo peor se olvida y te quedas siempre con la satisfacción de verlas a tu lado, felices, alejándose de tu senda cada vez un poquito más, superando conflictos, aprendiendo a manejar sus propias emociones,...
Este es mi regalo hoy. Decirte que quiero que sigas a mi lado, agradecerte que estos dos difíciles últimos años no has dudado ni por un segundo que todo iba a ir bien, que las dificultades nos han hecho más fuertes aunque también un poquito menos soñadores, que has seguido aquí junto a mí incluso cuando yo no encuentro por dónde avanzar, que no te importa empezar mil veces, seguir planificando, seguir creyendo que todo va a estar mejor, que si no llega a ser por ti, no se si mis fuerzas me hubiesen dejado llegar.
Hace 2 días hizo un año de mi última quimio. Ya tengo rizos, aunque tu lo sigas dudando. Estamos en otra etapa, a veces pienso que esto no tiene fin (a pesar del título de este blog), ahora otra vez pruebas, revisiones,...Vuelven a ser momentos difíciles. Y aquí estamos negociando los horarios de pilares con una pesada adolescente, empezando el instituto con nuestra pequeña e intentando encontrar algún que otro momento para dedicarlo a nosotros, ¿será posible?.
TE QUIERO y espero que podamos volver a celebrar otros 25 años juntos.


3 comentarios:

  1. Felicidades amigos!!!!
    Que bueno haber podido compartir este tiempo con vosotros!!!!
    Jo....el piso de Delicias,5......que recuerdos!!!!

    ResponderEliminar
  2. Ayyyy Pilar, qué regalo para Jesús y para todos. ¡Cuánto me haces llorar de emoción!. Gracias bonita.

    ResponderEliminar