viernes, 6 de septiembre de 2013

CÓMO DECÍRSELO A MIS HIJAS


Vaya tema!!!
Situación: Paula, 15 años, ¡plena e intensa adolescencia!!
Mi primera intervención fue fácil pues nadie sospechábamos cual  iba a ser el diagnóstico final, por ello, "van a operar a mamá de un nódulo en la mama". Enseguida estuve de vuelta del hospital y en principio todo fue bien.
Cuando supimos la noticia del carcinoma, la cosa cambiaba.
Desde primer momento decidimos contárselo a Paula pues pensamos que era importante que asumiera y compartiera la nueva situación familiar que estaba surgiendo. 
Su reacción fue y está siendo buena siempre que nos situemos en su tormenta hormonal que un día le permite estar pendiente de mí, preguntarme cómo me siento y cómo estoy... y al día siguiente protesta porque  me ha de quitar el plato de encima de la mesa y no entiende porque no lo hago yo...
Con Leyre, 11 años, la situación nos la planteamos de distinta forma.  Ella vivió mis dos cirugías sin escuchar la palabra cáncer. Es una niña sensible y muy emocional y quisimos esperar a ver cómo iba todo mi proceso.  No sentimos la necesidad de explicarle más pues ella no preguntaba ni demandaba más información, a mí siempre me ha visto bien, contenta, con buen aspecto y vimos que su día a día continuaba siendo fuera de casa igual y que nada parecía afectado.
El 2 de julio me confirmaron que al día siguiente iba a comenzar la quimioterapia y aquí sí que teníamos claro que era el momento de hablar con ella de la palabra cáncer.
A partir de este momento y en breve sí que iba a haber signos externos de que algo más le pasaba a mamá, la posible caída del pelo, los días "malos" después de la quimio...
Aprovechando el estreno de la serie "Pulseras rojas" esa misma semana y que ella esperaba muy ilusionada, me senté y le expliqué que a mamá le había pasado lo mismo que a los niños de la serie: que me habían quitado un cáncer en la mama, insistí en que ya no lo tenía y que me iban a poner un tratamiento para curarme del todo e impedir que se volviera a repetir. Le dije que, como a los niños de la serie, se me podía caer el pelo y quedarme calvita, ella se echó a reir.
A los pocos días quedamos con Mariví y su niña. Yo quería que la viera calva y con el pañuelo. Fue un rato delicioso, los niños jugaron a su bola y cuando vió la calva de Mariví dijo que estaba guapa. En un momentito se acercó a mí y me preguntó: Mamá, pero ¿Tú ya no tienes cáncer, verdad?. A lo cual le volvía a contestar tajantemente que no, que ya me lo habían quitado.
El fin de semana que volvieron del pueblo y me encontraron rapada fue de los más normal, les parecí guapa y les encantaron los pañuelos.


LEYRE
PAULA


4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Querida Pilar gracias por compartir, me da mucho ilusión y nostalgia, pero escucho tu vos a través de tus letras, como te echo de menos

    ResponderEliminar
  3. Que bien lo pasamos esa tarde, y la de los boquerones que?..........
    Pilar, Pilar, como bien dice tu nombre y no podía ser de otra manera, vas a ser y eres un gran pilar para mucha gente. Y en especial para mi ¿ como explicarlo?..... eres un pilar en el que yo creo, comence poniendo algún pedrusco, y el dar, se ha convertido en recibir. Aunque todo ha sido gracias a " la ventana de aire freco" que tienes como amiga :Tu Mamen, que fue quien me pidió ayuda y yo solo he obedecido. Ahora esa ayuda,se ha hecho mutua y tú has tenido el valor y el coraje de transmitirla a los demás. Sigue escribiendo, que así el pilar se hará cada vez más y más grande como tu. Gracias.

    P.D. he llegado a la conclusión, que no tengo metasis cerebral, por que es la tercera o cuarta vez que repito el comentario de memoria, hasta que he conseguido publicarlo. Pufff que torpe soy

    ResponderEliminar